Así llamo al Papa Francisco. Un Papa que ha abandonado esas bulas y encíclicas por sus numerosos tuits y frases tan concisas que ni Paulo Coelho, vamos. Parece que el pajarito azul llega más allá que la paloma blanca. Twitter es como un guasap mundial y él tiene un chat con millones de amigos. El Papa tuitero @Pontifex_es lanza tuits contundentes, claros, directos. Con sólo la debida precaución de la paz. Frases tan llenas de razón que es casi imposible llevarle la contraria, aunque alguno quiera sacar punta al sacapuntas. Pero algo me preocupa en los católicos, la hipocresía que ahora salta a la luz. Mi preocupación viene de la evidencia. Francisco consigue quitar el remordimiento, la culpa y hasta el pecado parece dejarlo entrecomillado. Llevamos años pensando igual que él, años practicando el catolicismo en un silencio culpable de confesionario. ¿Nadie ha usado preservativos? ¿Nadie ha hecho el amor porque sí? ¿Quién no tiene amigos, familia o a sí mismo gays? ¿Quién no ha pensado en misa que menuda plasta de homilía está dando el cura petardo? ¿O se asquea ante el nivelazo de vida de aquel sacerdote? ¿Quién no ha sentido odio ante la desesperación a sabiendas de que es pecado? Y aún yendo más lejos, quién no ha visto a una criatura embarazada y añadir “Dios mío, cómo va a mantener un bebé en su situación”. Sí, los católicos pensamos como el Papa Francisco. Y que no me digan que esto es de ahora. Ahora es cuando salimos aplaudiendo y gritando como locos sus guasap tuiteros y sus fotos fraseadas tipo Bob Marley. ¡Vamos!, un buen difundido al mundo. Licencia para la verdad.

“¡Claro que eres hijo de la Iglesia!’ (a un transexual Español).

“Si una persona es gay, busca a dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”.

Hasta le podríamos poner el hashtag #TonoIrónicoOn, ¡santo Padre!
“Se han escrito muchas cosas sobre este tema. Yo no he visto aún a nadie en el Vaticano cuyo carnet de identidad diga que es gay”.

“Algunos creen, perdonad la expresión, que para ser bueno y católico tenemos que ser como conejos”.
El Papa apeló a una “paternidad responsable”.

“Cuando una familia no tiene ni para comer porque tiene que pagar el préstamo a los usureros, eso no es cristiano, es inhumano”

“Duele ver a una monja o un cura con el último modelo de coche”

“Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”.

“Si la homilía se prolongara demasiado, afectaría dos características de la celebración litúrgica: la armonía entre sus partes y el ritmo”.
Este Papa es poeta, ¡leñe!

“(…) Pero también es verdad que hemos hecho poco para acompañar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas angustias, particularmente cuando la vida que crece en ellas ha surgido como producto de una violación o en un contexto de extrema pobreza. ¿Quién puede dejar de comprender esas situaciones de tanto dolor?”.

Y más frases…

El por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa… empieza a ser historia canónica. Supongo que tarde para muchos ya, irreparable. Un dios sin miedo, con minúscula.
El Papa que acabó con los remordimientos.
Ése, ése será su legado maravilloso. No lo dudo.

Papa Francisco se ha añadido al grupo.