Prólogo de Manuel Bohórquez Casado

Acababa de llegar a las redes sociales, en concreto a Twitter, cuando una noche atrajeron mi atención unos ojos no muy grandes, pero que miraban a Sevilla desde Zaragoza como si a la capital andaluza le quedaran pocos meses de vida. Era una mirada de cariño, pero también de nostalgia y de tristeza. Esta mujer, Pilar Fuertes Aguilar, empezó a jalear mis soleares y poco a poco fui tomándole aprecio. Cariño, si quieren. La noche que no aparecía, la echábamos de menos mis soleares y yo. Nos debemos muchas horas de soledades en compañía, confidencias, consejos, risas y, por qué no, alguna que otra lágrima, unas de emoción y otras de impotencia, la que producía la lejanía, si es que hay alguna distancia entre dos personas que se quieren sin ni siquiera conocerse físicamente, algo a lo que pusimos remedio más adelante. De entre las muchas cualidades que descubrí en Pilar durante aquellos primeros meses, la que más me atraía era su manera de escribir, de contar su estado de ánimo en cada momento, de cantar la soledad, la angustia, el deseo, la alegría, la emoción. Y me enamoró. Cada vez que le decía que escribiera, que creara un blog o que fuera manchando el lienzo de una novela con los colores de su prosa, se sonrojaba, porque seguramente no ha tenido nunca quien le dijera lo maravillosamente bien que escribe y lo encantadora que es. Alguien que la quisiera y la valorara, quiero decir. No pude convencerla, pero hace unos días me pidió un prólogo para su blog, De vuelta de nada, que echa a andar con la misma timidez de ella, que hasta el nombre de esta tribuna refleja una parte fundamental de su personalidad, como es la sencillez, cuando le sobrarían razones para no ser tan humilde. Si escribir es haber vivido, contar historias y saber contarlas, Pilar es una gran escritora. Desconocida fuera de las redes sociales, pero todo se andará, porque el mundo está falto de personas que escriban con el alma y que sepan ordenar las palabras con tanto arte y tanta sensibilidad. Le he escrito muchas soleares en todo este tiempo de amistad, pero quiero acabar con una de tres versos, que son las que más encierran:

En tres versos bien escritos
nos cabe toda una vida
y algo más de lo vivido.

Manuel Bohórquez Casado, Pilar Fuertes y Quico Pérez-Ventana

Manuel Bohórquez Casado, Pilar Fuertes y el periodista, escritor y fotógrafo Quico Pérez Ventana, gran amigo de Manuel.