Publicado por XYZ

Vamos a la campaña electoral sin remedio. Una campaña electoral muy especial, porque sólo hay que mirar un poco las redes para saber que nadie quiere propaganda en sus buzones. Los sobres nos parecerían tan pestilentes como si después de sacar la basura a los contenedores, en vez de llevársela, nos la devolvieran a nuestros zaguanes. Se barajan cifras de los costes económicos de este bis que, como en las canciones, valdría con repetir el estribillo. Porque el resto de la copla ya la hemos oído durante estos largos meses sin gobierno. Y gratis. Además, ¿qué campaña electoral haría ya falta, si Venezuela se ha encargado de hacérsela a España sin gastarse un céntimo, sin contratar una valla, sin marcar una mínima estrategia publicitaria, sin insertar un solo anuncio en los periódicos, sin inventar ni un eslogan? Venezuela ha tenido bastante con salir en los telediarios, dejando que viéramos las imágenes de sus colas (o filas) en los supermercados, la falta de suministro eléctrico, el racionamiento de gasolina, la barbarie humana que sale ante el hambre. Ni para limpiarse el culo tienen, mientras aquí lo hacen con nuestros votos. Venezuela parece una pitonisa de España a la que le dijera: “Llama ahora mismo. Adivino tu futuro”. Ha dejado a Pablo Iglesias como si fuera Rappel. Y salen las encuestas del CIS con el dato de que Podemos pierde el 17% de sus votos. El batacazo me hace pensar que a lo mejor no somos tan paletos como parece. Que las panderetas empiezan a tener miedo. Si para algo han servido estos meses, que muchos dicen que no han servido para nada, es para haber desenmascarado a Pablo Iglesias. Cuando él se rebela, nosotros lo revelamos. Que anda que no hay diferencia entre una b y una v. A Pablo Iglesias no es que se le haya visto el plumero, es que se la visto una revista entera de Celia Gámez, incluido el beso en España. El beso en el Congreso. Se le vio el plumero a Podemos. Si la genial vedette llega a conocer la escenita del Congreso, ahora hubiese cantado no sólo el beso de España, sino hasta el de Judas. El beso de Maduro. El que le ha traicionado, don Pablo. Le ha hecho una campaña electoral a Podemos sin mentiras, real, cruda, descarnada e impactante. ¿No dicen que los políticos mienten en campaña? Pues ahí tiene usted a su colega, a su camarada, más sincero imposible. Buen publicista se ha buscado usted. Venezuela ha sido como los espejos de la calle del infierno en el que España se va mirando sin gustarle ninguna de las imágenes reflejadas. Los espejos en los que nadie se ha reconocido. Y en esa misma calle del Infierno hay también un laberinto en el que estamos buscando la salida, descartando las que parecen ser falsas y teniendo cada vez más claro que desde luego la suya no es la correcta. Se le cortó el suministro, Pablo Iglesias. Va quedándose sin gasolina, entrando en reserva, a oscuras y a la cola. Y rece, aunque sea ateo, para que no sea la del paro. Está perdiendo los papeles, higiénicos. ¿Adónde va ahora a parar ese17 por ciento?, por cierto.