Publicado en XYZ

La elegancia desaliñada delante. Esa que sólo puede permitirse un caballero con clase. Su atuendo no ha sido preparado, está claro. Clarísimo. Unas manos perfectas de médico, unas gafas suaves que se confunden con su color de piel, una extraña sonrisa que achaco a su salida de la consulta en la que los profanos de la medicina imaginamos una dureza y un sufrimiento continuo. ¡Sabe Dios lo que ha escuchado hoy! Habla despacio y bajito, pero con ganas. Un hombre que ha escrito “A buen entendedor… piedras” no puede hacerlo de otra manera.
Gira continuamente su cabeza.
Lleva más de mil tiros en sus tímpanos de aquellas escopetas de su padre. Un niño que sigue pegado a aquel campeón cual perro de presa. Parece que no ha superado su pérdida, o no le apetece. Me da la sensación de esto último pues sonríe sin darse cuenta cuando habla de él. Huye del olvido.
Hablamos con pausas, unas largas y otras cortas. Lleva su ritmo. No necesita demasiadas palabras para expresarse y tampoco muchos gestos. En momentos no está, se ha ido a pensar. Vuelve a notar que le miro y comenzamos de su cero. Aunque parezca mentira ésto me relaja. Quién me lo iba a decir…
La palabra clave salta por los aires: ¡Rompido! Allá al fondo de su iris hay agua salada. ¡Qué barbaridad! Cualquiera saca el océano de ahí. Este hombre es el Atlántico. Y sobre sus aguas posa el Huevo frito, su barco. “El Rompido me da paz, sobre todo en invierno. Mis hermanos, mi madre, mi familia, los amigos, mis bares como La Pecera, los paseos por la arena, la ría y mil fotos de las puestas de sol. Eso me encanta. Y leer allí, y pintar y escribir… allí”.
Descubrí hace años un blog, Casos Clínicos, en el que no suele hablar precisamente de medicina. Pero sí de verdaderos casos clínicos, los de todos los días. Esos que a todos nos preocupan después de tener salud. Se presenta así: “Sevilla, Huelva, El Rompido, Andaluz. Licenciado en Medicina y Cirugía. Frustrado Alquimista. Problable Metafísico. El que mejor canta los fandangos muy malamente del mundo. Ronco a compás de Martinete.” Un blog lleno de compasión y pasión. Sus escritos llevan de todo. Política, quejas sociales, anécdotas tan divertidas como el Camping Catapúm o La fauna rociera, pensamientos, su familia, sus nietas (ahí se para en seco, ahí se deshace el hombre y salen más canas)… Publican sus artículos en periódicos como ABC, XYZ, revistas culturales… Esperamos su libro. El libro de un gran lector. Un charrán que anida versos.
Sigue a su manera, como Frank Sinatra. La música ha sido su biberón. Pianos, guitarras y cantes flamencos le han causado lindos estragos. Y aquella que asocia a un Cadillac le da esa paz a su mente. Wish you were here, Feelings, SgtPepper`s, Rollings Stones, King Crimsom, Foreigner Suite de Cat Stevens, Sweet Jane, Joplin, Cohen…
Recordando esos sonidos su móvil suena y no por primera vez, otro paciente al que atiende con paciencia. Da igual quién sea, el llamado Dr. Corazón por Antonio Burgos demuestra que lo es. Mientras espero a que cuelgue pienso que en este caso al médico se le debería llamar paciente, curioso. Llaman también amigos entre los que reconozco algún famoso cuando lo nombra al despedirse. Celso no puede oír un teléfono sin cogerlo. ¿Manía o preocupación? Es lo que se llama un culo inquieto. O mejor dicho, una mente de mal asiento. La lleva de un lugar a otro sin perder la cordura. Yo sería incapaz y creo que me está volviendo loca. Me concentro.
Sevillano atípico que dejó de buscar una Sevilla utópica. Sevillista por nacimiento y crianza en Nervión. Los solares que rodeaban el campo de fútbol le dieron muchas victorias. Los Pareja-Obregón jugaban en la calle, como mandaban los buenos cánones de la época. Y eso se nota… Rociero a su uso, feriante de martes-miércoles pa la playa y aficionado a los toros de ahora cuando se tercia el tercio. ¡Ole! De saga le viene a Celso. La Semana Santa la vamos a pasar por alto, que el incienso aturde.
Políticamente es incorrecto. Me refiero a que cuando me confiesa adónde ha ido a parar su voto agacha la cabeza, se mira la tripilla, agarra la cerveza sin piedad y provoca un silencio tan descomunal que entran ganas de abrazarlo. Ay, Don Selso, hablemos mejor de Los Morancos de Triana. Cuántos buenos ratos con ellos. O del Soto. Ése, ése… El amigo que por el arte es capaz de pasar hasta del arte. O de Arturo, ese primo que cuando canta, dándole igual, te he visto la sangre llena de orgullo. O de Lourdes, la hermana leal que te acompaña en las letras de tu blog como regalos. Tus tíos de sevillanas, pregones, pianos y Cantineros de Cuba. Y de mil cosas más y mil personas más. Interminable…
Escribo ahora envuelta en una chicuelina de vértigo sin encontrar la salida al callejón. Me ha dejado en los medios con un papel blanco infinito y dos palabras suyas.
Con tinuará…

Celso Pareja-Obregón, entrevista en el Blog de Pilar Fuertes Aguilar

Atlántico

Casos Clínicos, de Celso Pareja-Obregón